Coco ayuda a Mario a gestionar sus emociones

Mario, un niño de 10 años, vuelve del colegio con el ánimo por los suelos. En clase de Educación Física, tropezó delante de sus compañeros, y uno de ellos se rió de él. Lo que para algunos fue una broma pasajera, para Mario fue humillante. Sintió vergüenza, se sintió pequeño. Pero como suele pasar, no lo contó en casa. Al llegar, se encierra en su cuarto, abre la tablet y empieza a hablar con Coco. No sabe cómo empezar, pero siente que puede ser él mismo. Coco no le juzga, no le corrige, no le presiona.

Un espacio seguro para expresarse

Apoyo emocional de inmediato

Prevención de aislamiento

Desarrollo de la fortaleza emocional

Retos

  1. Dificultad para expresar lo que sienten
    Muchos niños no tienen aún las herramientas emocionales ni el vocabulario adecuado para explicar lo que les ocurre o lo que sienten.

  2. Vergüenza y miedo al juicio
    Sienten que si cuentan lo que les ha pasado, los adultos no lo entenderán o les restarán importancia. Temen que se rían de ellos otra vez, incluso en casa.

  3. Normalización del maltrato
    Creen que “es solo una broma” o que “son cosas que pasan”, y por tanto, no identifican la burla como algo dañino que merece ser abordado.

  4. Sensación de soledad emocional
    A pesar de estar rodeados de adultos, se sienten solos para enfrentar sus emociones. No siempre saben en quién pueden confiar.

  5. Falta de modelos de actuación
    No saben qué hacer después de una experiencia negativa. ¿Ignorar? ¿Responder? ¿Contar? Les falta orientación sobre qué pasos pueden dar.

  6. Temor a empeorar la situación
    Muchos niños creen que contar lo que pasó puede hacer que se rían más de ellos, que los tachen de “chivatos” o que la situación se vuelva más incómoda.

Estos retos son silenciosos, pero muy reales. Y es justo ahí donde Coco entra como un recurso esencial: no sustituye a los padres ni a la escuela, pero crea el puente necesario para que el niño se exprese, entienda sus emociones y dé el primer paso para afrontar el problema.

Estrategia de Coco

Coco se convierte en un espacio seguro al que Mario puede acudir por iniciativa propia. En esta situación:

  • Le permite expresarse sin miedo, iniciando una conversación a su ritmo.

  • Le valida emocionalmente, diciéndole que está bien sentirse mal, y que no es su culpa.

  • Le ofrece apoyo emocional activo: ejercicios de respiración, afirmaciones positivas, y dinámicas de autoconfianza.

  • Le enseña cómo actuar: recomendándole hablar con un adulto de confianza y explicándole cómo hacerlo.

  • Refuerza su autoestima, ayudándole a reconectar con lo que le hace valioso.

Coco no diagnostica ni reemplaza a un profesional, pero sí genera el primer paso fundamental: abrir la conversación y ofrecer herramientas de gestión emocional adaptadas a su edad.

Conclusión

Gracias a Coco, Mario no enfrenta solo una situación emocionalmente difícil. Encuentra una figura digital que le escucha, le acompaña y le orienta. Aprende que compartir lo que siente no solo alivia, sino que también le da fuerza para actuar.

En un contexto donde muchos niños callan por miedo o inseguridad, Coco representa esa primera puerta que se abre al bienestar emocional. Porque a veces, todo empieza con una simple conversación.